5/13/2015
Vi que
algunos no comprenden plenamente la importancia que tiene la verdad ni su
efecto, y obrando por impulso del momento o por excitación, con frecuencia
siguen sus sentimientos y desprecian el orden de la iglesia. Los tales parecen
pensar que la religión consiste principalmente en hacer ruido. Algunos que
acaban de recibir la verdad del mensaje del tercer ángel están listos para
reprender y enseñar a aquellos que han estado establecidos en la fe durante
años, que han sufrido por su causa y sentido su poder santificador. Los que
están tan hinchados por el enemigo, tendrán que sentir la influencia
santificadora de la verdad y obtener una comprensión mejor de cómo encontró
ella a cada uno: “desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.” Cuando la
verdad comienza a purificarlos y quitarles su escoria y estaño, como no dejará
de hacerlo si se la recibe con amor, aquel para quien se haga esa gran obra no
se considerará rico y enriquecido en bienes y exento de necesidad.Véase el Apéndice. {PE 118.2}
Los que profesan
creer la verdad y piensan que lo sabentodo antes que hayan aprendido sus
primeros principios, y los que se adelantan a ocupar el puesto de maestros y
reprenden a aquellos que durante años se mantuvieron rígidamente de parte de la
verdad, demuestran claramente que no tienen comprensión de la misma, ni conocen
sus efectos; porque si supieran algo de su poder santificador, producirían los
frutos apacibles de la justicia, y se mantendrían humildes bajo su dulce y
poderosa influencia. Llevarían fruto para gloria de Dios, y comprenderían lo
que la verdad hizo en su favor, y considerarían a los demás como mejores que
ellos mismos. {PE 118.3}
Vi que el
residuo no estaba preparado para lo que viene sobre la tierra. Un estupor, como
letargo, parecía suspendido sobre el ánimo de la mayoría de aquellos que
profesan creer que tenemos el último mensaje. Mi ángel acompañante exclamó con
intensa solemnidad: “¡Preparaos! ¡preparaos! ¡preparaos!, porque la ardiente
ira del Señor ha de manifestarse pronto. Ha de ser derramada sin mezcla de
misericordia, y no estáis listos. Rasgad vuestro corazón y no vuestras
vestiduras. Una gran obra tiene que ser hecha en favor del residuo. Muchos de
los que lo componen se espacian en pruebas menudas.” Dijo el ángel: “Os rodean
legiones de malos ángeles, y están tratando de esparcir sus espantosas
tinieblas, a fin de apresaros en sus lazos. Permitís que vuestra atención sea
distraída con demasiada facilidad de la obra de preparación y de las
importantísimas verdades para estos días postreros. Y vosotros os espaciáis en
pruebas pequeñas y entráis en detalles minuciosos de dificultades
insignificantes para explicar éstas a satisfacción de éste o de aquél.” La
conversación ha durado horas entre las partes afectadas, y no sólo han malgastado
su tiempo, sino que han retenido a los siervos de Dios para que las escucharan,
cuando el corazón de ambas partes no estaba subyugado por la gracia. Si se
pusieran a un lado el orgullo y el egoísmo, cinco minutos bastarían para
eliminar la mayoría de las dificultades. Los ángeles han sido contristados y
Dios ha sentido desagradopor las horas que se han dedicado a la justificación
propia. Vi que Dios no quiere inclinarse y escuchar largas justificaciones, ni
quiere que lo hagan sus siervos, y que se pierda así un tiempo precioso que
debiera dedicarse a enseñar a los transgresores el error de sus caminos y a
arrancar almas del fuego. {PE 119.1}
Vi que
los hijos de Dios están en terreno encantado, y que algunos han perdido casi
todo sentido de cuán corto es el tiempo y de cuánto vale el alma. Se ha
deslizado orgullo entre los observadores del sábado—el orgullo de la vestimenta
y de las apariencias. Dijo el ángel: “Los observadores del sábado habrán de
morir al yo, al orgullo y al amor de la aprobación.” {PE 120.1}
La
verdad, la verdad salvadora, debe ser dada a las personas que mueren de hambre
en las tinieblas. Vi que muchos pedían a Dios en oración que los humillase;
pero si Dios contestase sus oraciones, sería mediante cosas terribles en
justicia. Era deber de ellos humillarse. Vi que si se toleraba la penetración
del ensalzamiento propio, extraviaría sin duda alguna a las almas, y las
arruinaría si no se lo vencía. Cuando uno comienza a considerarse exaltado y
piensa que puede hacer algo, el Espíritu de Dios se retira, y esa persona sigue
avanzando en su propia fuerza hasta que es derribada. Vi que un santo, si anda
correctamente, podrá mover el brazo de Dios; pero toda una multitud será débil
y nada podrá hacer si no anda correctamente. {PE 120.2}
Muchos tienen
corazones que no han sido subyugados ni humillados, y piensan más en sus
pequeños agravios y pruebas que en las almas de los pecadores. Si tuviesen
presente la gloria de Dios, se compadecerían de las almas que perecen en
derredor suyo, y si comprendiesen su situación peligrosa, trabajarían con
energía, ejercerían fe en Dios, y sostendrían las manos de sus siervos, a fin
de que pudieran declarar la verdad audazmente, aunque con amor, y amonestar a
las almas a que la acepten antes de que se desvanezca la dulcevoz de la
misericordia. Dijo el ángel: “Los que profesan su nombre no están listos.” Vi
que las siete postreras plagas van a caer sobre las cabezas sin protección de
los impíos; y entonces los que les hayan estorbado el paso oirán los amargos
reproches de los pecadores, y sus corazones desmayarán dentro de sí. {PE 120.3}
Dijo el
ángel: “Habéis estado buscando pajas, espaciándoos en pruebas pequeñas, y como
consecuencia tienen que perderse pecadores.” Dios está dispuesto a obrar por
nosotros en nuestras reuniones, y le agrada hacerlo. Pero Satanás dice: “Yo
estorbaré la obra.” Sus agentes dicen: “Amén.” Los que profesan creer en la
verdad se espacian en sus mezquinas pruebas y dificultades que Satanás ha
magnificado delante de ellos. Se malgasta un tiempo que nunca podrá redimirse.
Los enemigos de la verdad han visto nuestra debilidad; Dios ha sido agraviado;
Cristo ha sido herido. El objeto de Satanás se cumple, sus planes han tenido
éxito, y él triunfa. {PE
121.1}